Para unos los Nefilim serían ángeles caídos (nafal: caer), según esto serían los "hijos de Dios" (בני האלהים, bnei ha'Elohim) mencionados en Génesis 6:2 y 4. Efectivamente en la Biblia hebrea la expresión "Bnei haElohim" es usada varias veces como eufemismo para referirse a los ángeles, como en Job 1:6; 2:1, y de acuerdo con esto la Septuaginta traduce esta expresión, tanto en estos pasajes como en Génesis, como “Ángeles”. En la traducción del libro pseudoepigráfico de Enoch los Néfilim no son los ángeles caídos, sino gigantes violentos (nafal también puede significar: "hacer caer", "derribadores"), frutos de la unión de aquellos "ángeles caídos" con hembras humanas. La expresión "Hijo del hombre" es usada en la Biblia hebrea como eufemismo de "ser humano" (1 Samuel 15:28; Job 16:21; 25:6; 35:8; Salmo 8:4; 144:3; 146:4; Jeremías 50:40; Ezequiel 2-48; Daniel 7:13, etc.). Así, las "hijas de los hombres" (bat haAdam) estarían en contraste con los "hijos de Dios". Fravio Josefo refiere a esta tradición en su libro III, 1:
"Muchos ángeles de Dios convivieron con mujeres y engendraron hijos injuriosos que despreciaban el bien, confiados en sus propias fuerzas; porque según la tradición estos hombres cometían actos similares a los de aquellos que los griegos llaman gigantes".
Algunos creen que pasajes como 1 Pedro 3:19, 20 y Judas 6 también se refieren a estos ángeles caídos, incluso que serían citas del libro de Enoch:
“En el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua”.
(1 Pedro 3:19, 20).
“Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales DE LA MISMA FORMA QUE AQUELLOS, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza...”.
(Judas 1:6).
Según otra interpretación los Néfilim serían solamente una raza de gigantes sin relación alguna con los "Hijos de Dios" de Génesis 6:4. Incluso posteriormente en lengua aramea, el término Nephila pasó a referirse a la constelación de Orión, por su parecido a un gigante guerrero. El texto de Génesis 6:4 presenta una lectura tal que permite suponer que se trata de tipos distintos de personas, y que los gigantes existían aún antes de que los "Bnei haElohim" se unieran a las "hijas de los hombres":
"Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres".
(Génesis 6:4)
En la tradición judáica posterior la expresión "Hijos de Dios" sería un eufemismo para referirse a los hombres justos que se corrompieron al unirse a las mujeres del linaje de Caín, o incluso se referiría a reyes o gobernantes que como magistrados habían actuado con arrogantes atribuciones de modo abusivo. Tanto en el ámbito judío como el cristiano quienes rechazan la tesis de que se trate del fruto de relaciones sexuales entre hombres y ángeles se basan en que los ángeles son descritos en la Biblia como "espíritus" sin capacidad de reproducción porque no habrían sido creados por Dios para tal fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario